Encontraba lo que necesitaba, escucha activa y respaldo. No sabes cómo gestionar esa situación.
Cuéntanos por qué llegaste a Cuidadanas.
Me estaba separando, y después de dedicarme a la familia he tenido que reciclarme para volver al mundo laboral. Entonces estaba buscando cursos para formarme. He hecho muchas cosas. Buscaba orientación laboral, pero di también con Cuidadanas. Tuve que ofrecer mucha atención a mis padres también. Me di cuenta que los cuidados nos vienen grandes y siempre conviene informarte.
¿Qué te animó a venir?
Encontraba lo que necesitaba, escucha activa y respaldo. No sabes cómo gestionar esa situación. No tanto los cuidados en sí sino gestionar tu tiempo, por ejemplo.
¿Qué has cambiado en tu vida para situarte también en el centro de tu cuidado?
Enfocarme en el autoconocimiento. Aprendí a conocerme y a darme espacio. En el programa Cuidadanas éramos todas cuidadoras, y conoces otras historias. Muchas veces te sientes incapaz de cuidar. Como cuidadora quieres ofrecer la mejor atención a las personas cuidadas. Pero me di cuenta lo necesario que es darnos tiempo y no aislarnos.
¿Cuáles consideras tus logros más destacados?
Darme cuenta que si no nos cuidamos no funciona nada.
Hablemos de dificultades… ¿Qué obstáculos te has encontrado en este camino?
Al comienzo del camino, creo que la soledad. Todas las cabezas que tiene una en la cabeza.
Y ahora, ¿Qué retos te has planteado?
Ahora me propongo transmitir todo lo que he aprendido. Tengo personas alrededor que se dedican a los cuidados. Intento siempre compartir las herramientas que he ido adquiriendo.
¿Qué le dirías a una mujer cuidadora, en una situación parecida a la que tú tenías?
Pues, para atender bien a personas en general, y personas dependientes en concreto, es necesario que ellas estén bien. Los cuidados absorben, y es necesario encontrar el propio tiempo y espacio.